Las gafas oscuras de la enseñanza universitaria
Deseducar Críticamente Podcast Educación
En esta nueva entrega entrevistamos a la profesora Mariela Ibarra Niño. Siendo música, docente de inglés y psicóloga, con más de 50 años de experiencia artística y universitaria, ha tenido la oportunidad de ejercer desde dos campos de la educación: la enseñanza presencial tradicional y la enseñanza remota mediada por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC's). La docente pamplonesa nos comparte su visión sobre el uso de estas nuevas tecnologías como apoyo a la educación remota y virtual en la universidad.
Durante el programa, la profesora nortesantandereana nos cuenta cómo se adaptó a la educación virtual cuando comenzó a usar herramientas tecnológicas en sus clases de inglés, los desafíos que enfrentó, cómo los superó y el impacto que cree que la educación remota y/o virtual, basada en el uso de herramientas tecnológicas, tiene en la creatividad y la expresión artística de los estudiantes universitarios.
De igual manera, denuncia el maltrato y la discriminación de la que fue víctima por su edad y la percepción sesgada de directivas universitarias.
Juan Remolina (JR): Mariela, primero respondamos la siguiente pregunta: ¿quién es Mariela Ibarra Niño?
Mariela Ibarra Niño (MIN): Buenas tardes. Mariela Ibarra Niño, como bien decía el profesor Juan, es profesora de inglés por más de 50 años. Psicóloga y música. Yo soy organista, pianista. La única organista, en Colombia, de música tropical; ya que, hay muchos organistas de música sacra, música clásica, todo eso; pero de música tropical, la única soy yo, que he estado en tarima animando bailes y todo esto. Bueno, entonces, vamos entrando en materia. Yo voy a hacer este Podcast de una manera muy coloquial, mejor dicho, sin estiramientos ni nada. Muy familiar. Vamos a hablar tranquilamente. Primero que todo, para hablar de las brechas generacionales, primero que todo, tenemos que ubicarnos, cómo hizo Mariela para poder estar aquí y haber estado hace 50 años en Pamplona, trabajando. Eso se lo debo gracias al Instituto de Cultura y Turismo, y especialmente a la directora, la maestra Margarita Leonor Camacho Araque, porque ella, muy sabiamente, ideó un programa para poder recolectar, nuevamente, a los personajes de Pamplona que hemos contribuido con la cultura de la ciudad. Inicio este programa dándole las gracias. Ella me eligió para que fuera la pionera de esta programación. Entonces, gracias a esto, he tenido la oportunidad, ahora, de utilizarlo para este programa que estamos haciendo.
JR: Mariela, me gustaría saber su opinión en torno a una metáfora que le voy a proponer. Una metáfora con la cual intentamos describir el uso de las nuevas tecnologías en la educación y, específicamente, en la educación universitaria. Yo le voy a proponer la siguiente metáfora y usted, desde el ámbito de su formación como psicóloga, me va a decir qué opina. Si está de acuerdo o no y ¿por qué? La metáfora que yo le propongo es que esa enseñanza virtual o remota mediada por nuevas tecnologías son las gafas oscuras de la enseñanza universitaria. ¿Qué opina?
MIN: Me parece muy bien. Y sabe, comparto esa metáfora como psicóloga. Usted sabe, hablando en términos populares, cada persona tiene su forma de matar pulgas. Bueno, así, cada uno de los profesionales tenemos nuestra forma de abordar las ciencias. Mire, yo concuerdo, pero perfecto con eso. Cuando yo voy a conocer a una persona, sea que llegue como paciente o en cualquier momento, pero resulta que trae puestas unas gafas oscuras. Entonces, yo no hablo, tengo por norma que no hablo con gente que tenga gafas oscuras. ¿Por qué? La respuesta es muy simple: las gafas oscuras tapan los ojos. Entonces, no dejan ver lo que la persona es en realidad. Ahí es donde uno puede apreciar. O yo por lo menos si tengo un sexto sentido especial para eso yo le digo a la persona “hágame un favor, yo con mucho gusto hablo con usted” o, si es paciente, “con mucho gusto lo atiendo, pero si usted se quita esas gafas”. Pero ¿por qué? Es muy fácil. Mire, los ojos son las ventanas del alma. Los ojos reflejan todo lo que usted es. Entonces, ahí tenemos que ver cómo entra a funcionar. Si yo puedo verle los ojos a la persona, puedo hablar con ella, puedo comunicarme directamente con todo. Perfecto. Pues voy a poder comprender muchas cosas y ella también muchas cosas de mí. Vamos a poder entablar una comunicación. Porque si no hay comunicación, entonces, ¿cómo nos vamos a relacionar? De ninguna manera. Entonces, aquí, en esta parte, juega un papel importante analizar el comportamiento de las personas, ver cómo reaccionan cuando se les pregunta una cosa; la forma de sentarse, la forma de voltear su cabeza; pero lo más importante es la mirada. Ahí el comportamiento divisara la perfección.
JR: Mariela, entonces, ¿está de acuerdo que esas nuevas tecnologías son las gafas oscuras de la enseñanza universitaria?
MIN: Para mí, sí, claro. Y se lo digo desde el punto de vista de la experiencia. Lo más importante, lo que yo he experimentado. Eso tiene mucho que ver. El uso de los instrumentos y todo la enseñanza virtual. Después de la pandemia hubo un cambio rotundo en la comunicación, en todo. Porque en la pandemia prácticamente se cortaron los lazos. Y, entonces, ya tocó entrar a funcionar con la virtualidad. Y resulta que allí es donde empiezan a surgir las falencias. Lo digo yo, desde el punto de vista de mi experiencia personal, porque cuando usted se encuentra con una persona de frente, como en la enseñanza presencial, que el alumno lo tiene a uno, ahí, de frente, y uno lo tiene también a él, de frente. Entonces, uno puede saber lo que está siendo o puede también saber lo que uno está siendo. La comunicación, pues, es completamente directa, pero cuando vamos a la virtual, ahí ya vienen los problemas. Ahí entra a jugar un papel importantísimo la honestidad. Hace más de 50 años era la verdadera educación, digamos, natural, todo el ambiente era completamente sano. La gente ejercía los valores, se los enseñaba a los hijos. Los hijos eran criados con esos valores, con esa moral. Entonces, ¿qué pasaba? Pues, iban a sus clases, no había problemas, y no había toda esa cantidad de artefactos. Ahora, ¿cómo fue variando eso? La primera brecha generacional...
JR: ¿Cuántos años tiene usted? ¿Cuál es su edad?
MIN: Yo voy a cumplir 80 años. Pero vamos en orden, nos quedamos en la primera brecha generacional que fue la de los Baby Boomers, en los años 1946, 1960. Luego, allí, todo era muy natural. El ambiente era el mismo. No cambiaba. Luego vino la generación X. Hay una indefinición en los muchachos, en la gente que fue del año 1960 a 1980. Luego vino ya un cambio bastante grande que fue en la generación del milenio. Los millennials que deben tener entre los 25 y 40 años de edad; en esa brecha generacional hubo un impacto. Ahí entró el Internet en los hogares y se le dio un uso educativo. Apareció luego la triada tecnológica de los smartphones, las laptops, que son computadores portátiles y las Tablets. Entonces, ya en este momento estamos ubicados en nuestra vida actual. Ya vimos cómo todo se fue desarrollando. Entonces ya había muchas más facilidades por la tecnología moderna, por el Internet, por todo. Pero, ¿qué sucedía mientras tanto, con la formación de nuestros estudiantes?. Y resulta que llegó la pandemia. Fue en la pandemia, donde hubo el cambio. Cambió toda la forma de la comunicación y entró la educación virtual, porque nos tocaba estar encerrados y teníamos que hacerlo todo desde de casa. Teníamos que evitar la cercanía. Usted me preguntaba que cómo me había adaptado. Para mí ha sido duro. Yo me defiendo. Dicto mis clases, pero no tengo esa facilidad. Me cuesta trabajo cuando hay que hacer algo que no salió bien y hay que corregirlo, pero, en términos generales, ahí me he podido defender. Pero fue duro y sobre todo que las instituciones, no crea usted aue prestan mucha servicio o benefician a las personas de mayor edad o, por lo menos yo, no recibí todo lo que he debido recibir; porque fui profesora en la Universidad Industrial de Santander por 17 años. Allá a los estudiantes les regalaron computadores, de todo. Yo tenía uno chiquitico, de los más pequeño, yo me acuerdo de los técnicos, me decían “Profe, ¿pero usted cómo hace? Usted es una berraca. ¿Cómo hace para vandearse con ese computador?” Esto lo ha debido tener en cuenta la Universidad. A ver, ¿qué profesor necesitaba equipos y operarlos? como se dice. No, eso no lo tuvieron en cuenta. Cada cual vea cómo hace sus cosas. Total, nos tocó duro. Sí, señor.
JR: Mariela, ¿usted se siente o se sintió discriminada en algún momento?
MIN: ¿Últimamente? Sí, completamente. Sentí esto, con acoso laboral y discriminación por mi edad. Terrible. Es que una persona ya me lo dijo, de las directivas, me dijo, cuando entablaron la modalidad híbrida, usted no puede, usted no es capaz, qué va a poder con una pantalla, dos pantallas, tres pantallas. Mejor dicho, me descalificó y yo salí de allá mal, económicamente, también, porque ya me habían quitado cursos y cursos, sin tener razón, porque yo estaba cumpliendo con todo. Yo tuve ahí compañeros más jóvenes, mucho más jóvenes que yo, claro. Yo era la más vieja de todas, de todos. Y uno, en especial, un tocayo suyo, Juan, él fue quien me puso ducha para esas tecnologías. Cuando yo tenía algún problema, él me ayudaba. Y los técnicos también. Los técnicos, ellos mismos me decían usted hace milagros, profesora, el equipo que tiene y con su edad. Pero fíjese, ahí salí adelante y salí de la universidad porque quise, no porque me hubieran sacado. Porque querían sacarme a la brava. Si yo no presentaba un examen no me volvían a dar trabajo. Y para mí, primero, mi dignidad, sobre todo. ¿Cómo es posible que después de estar unos 17 años enseñando en la universidad, no vayan a reconocer el trabajo de uno, para tener que presentarse como si fuera un principiante? Para mí eso fue humillante. Y yo dije No, no me presento. Y quedé en la calle, sin puesto y sin nada. Pero mi dignidad quedó arriba.
JR: Bueno, y después de la salida de la UIS, ¿a dónde fue a laborar?
MIN: Antes de la salida de la UIS, esa señora sacó a un pocotón... Ese examen que ella puso no era sólo para mí, era como para 20 personas o más. Lo cierto del caso es que yo les dije a ellos Mire, ustedes están jóvenes, ustedes tienen una vida por delante. Piensen bien lo que van a hacer. Les dije, yo cumplí ya con todo lo que tenía que hacer. Ya no me importa quedarme en la calle. Y preciso, salieron un poco. Ella necesitaba, seguramente, para quienes llegaron con ella, porque estaba recién llegada. Y los sacó también de ahí. Sí, señor. Y ahí salimos todos. Entonces, Juan, nuestro amigo en común, él consiguió que lo nombraron Director del Instituto de Lengua de la UDI, Universidad de Investigación. Entonces, él me dijo: Marielita, ahí tiene su cursito para que se defienda. Y ahí me defendí todo el año. Y ahorita ya salió él y salí yo; ahorita estoy sin trabajo. Pero mire, Jesús, mi amigo, Jesús, yo sé que él me va a ayudar. Y aquí estoy, yo sé que salgo adelante. No importa.
JR: Mariela, y en la UDI, ¿también utilizaban herramientas tecnológicas? O, ¿hubo algún momento que usted dió clases presenciales?
MIN: No, no, no allá todo el tiempo fue mediante una modalidad muy especial que tienen ellos que es para personas que no pueden asistir a clase todos los días o nunca. Pero necesitan estar matriculados en un curso y estar tomando el curso virtualmente. A mí me tocaba hacer ciertas clases, dictar la clase como si estuvieran ahí los alumnos; interactuaba con ellos. Y ahí todo se grababa. Luego, esa grabación la subían a la plataforma y la gente podía ir y descargarla o ir allá y consultarla para preparar los exámenes y luego se le hacían los exámenes.
JR: Mariela, para sintetizar este punto donde usted habla que se sintió discriminada por su edad, en relación con la habilidad de utilizar estas herramientas tecnológicas. Esta discriminación parece ser que fue por parte de directivas, pero, en contraposición, hubo una solidaridad por parte de sus colegas, de sus compañeros, de sus compañeras y del personal técnico de la Universidad. ¿Es así?
MIN: Sí, eso sí, el personal técnico y compañeros siempre fueron excelentes conmigo.
JR: Otra pregunta. Cuál es su opinión sobre el uso de la tecnología en la educación a largo plazo? ¿Usted cree que, con la experiencia que ha tenido, buena y mala, cree usted que la educación virtual, basada en esas herramientas tecnológicas, es una solución para el futuro de la educación?
MIN: Yo creo que no, personalmente. ¿Por qué? Por la falta de valores, la falta de honestidad, la falta de la educación esa que se lleva aquí a dentro. Eso no lo tienen los estudiantes y yo lo sufrí tremendamente, porque es que había momentos en que uno... hasta le decían, los estudiantes no se pueden quedar por menos de tres porque pobrecitos, les falla la luz, falla el computador, les falla la tablet, les falla el Internet y ellos qué pueden hacer, entonces, hay que tener todas esas consideraciones con los estudiantes. No sé. Y para los exámenes, imagine Ud., porque ¿qué respuesta puede tener un alumno cuando está solo en su casa? Uno, si está ahí, mirando por la 2s cámara de ellos, pero voltean acá, ahí tienen los diccionarios, voltean para allá y hasta gente que entra. ¿Cómo controla un profesor eso? Es que como se perdieron los valores, porque la culpa la tienen, también, los papás, porque no los han sabido educar dentro de valores, dentro de la moral, dentro de la honestidad, dentro de la legalidad. Tampoco es que sea la culpa completa de los muchachos. Porque eso es lo de hoy en día: el facilismo, lo que les cueste menos.
JR: Bueno, Mariela, para terminar, algo con lo cual quisiera rematar esta charla sobre la educación virtual, las nuevas tecnologías y su experiencia sobre esas gafas oscuras.
MIN: ¿Sobre esas gafas oscuras? Sí, señor. Que son para mí... representan, exactamente, la virtualidad, la educación virtual. Es eso, mire, ahí está plasmado, pero perfectamente. Esas gafas oscuras tapan todo lo malo. Y la virtualidad tapa también todo lo malo; tapan la falta de moral. La falta de moral, la falta de honestidad, la falta de valores, todo eso quedan tapados y salen a relucir, ahí sí, los que mejor utilicen esos aparatos técnicos.
JR: Bueno, Mariela, muchas gracias por haber aceptado esta invitación. Gracias por compartirnos esa experiencia buena y esa experiencia no tan buena relacionada con el aprendizaje mediado por TICs. Ha sido un honor tenerla aquí, teniendo en cuenta que usted es una exponente de la música, de la expresión artística y cultural de Pamplona, en Norte de Santander. Muchas gracias.
MIN: Gracias a usted por la oportunidad de intercambiar estos conocimientos.